Todos tenemos un hobby que nos apasiona y en el que nos gusta progresar. A Irene le apasiona la gimnasia rítmica y le ha dado una oportunidad de adulta. Además quiere progresar.
Junto a las clases de gimnasia también asiste a clase de Técnica para la danza o, dicho de otra forma, clase de ballet clásico.
Sin embargo NO AVANZA. Nos contactó y se apuntó al nivel básico de ballet para adultos y a MAGIC flexibity Acordamos unas clases particulares para el mes de Julio.
A Irene le estaban enseñando la técnica de los libros de danza y no la técnica que se adapta a su anatomía. Aquí os dejamos una entrevista de primera mano entre nuestra escuela e Irene.
Estudio Lorna Gil: ¿Como llegaste a la conclusión de que la técnica no estaba funcionando?
Irene: Empecé hace poco a entrenar gimnasia rítmica y en mi caso no había hecho de pequeña ninguna práctica artística. El ballet forma parte de la gimnasia rítmica y en este curso lo incorporamos en los entrenamientos para mejorar la técnica corporal. Debido a mi falta de coordinación general y a al poco entrenamiento acumulado a lo largo de los años se me presentaba todo un reto por delante.
En los entrenamientos te recuerdan que estires las rodillas y los empeines, que coloques la espalda y los brazos y lo haces. Pero ¿de verdad lo estás haciendo?
Después de la competición puedes ir a ver las fotografías que te han hecho mientras estabas en la pista. En perfecta definición (HD1080p) ves todos los momentos de los giros, los saltos etc… Allí te das cuenta que algo falla en la percepción de tu cuerpo: en el giro estás torcida completamente, y piensas, ¡Como no me caí! El relevé tan bajo que si casi ni levantas el pie del suelo. El equilibrio en lugar de los dedos gordo e índice lo aguantas con el pie completamente torcido… Y mentalmente te pones las manos en la cabeza y te tiras del pelo.
Algo no iba bien. Sabía que la base técnica era lo que fallaba. Sabía que era una poco de todo y que estaba afectando a todos los elementos. Estaba siendo capaz de ejecutar elementos más complicados con el aparato pero la penalización corporal me limitaba.
Estudio Lorna Gil: ¿Llegaste al Estudio Lorna Gil por casualidad? ¿ O lo elegiste por algo en particular?
Irene: Por casualidad la encontré. Fue a través de un anuncio de Facebook. Me gustó que hubiesen clases para adultos de iniciación a distintos niveles y ritmos. Me sorprendió ver Iniciación I, II,III.
Supongo que mi caso no debe ser el único, ya que seguramente hay mucha gente que ha empezado de más mayor o no ha hecho ballet (o gimnasia) de niña. Cuando se es adulto el cuerpo y la memoria muscular funcionan de otra manera. Hay que educarlo a otro ritmo, es más tozudo.
Estudio Lorna Gil: ¿Qué diferencias notas en las clases de ballet para adultos con las que estabas tomando? ¿Por qué crees que es diferente?
Irene: Para mí algo que es crucial, sea cual sea tu background, es que te tomen en serio y que las clases sean para mejorar y formarte como bailarina. Aunque sepas que nunca serás profesional no por eso la formación tenga que ser menos. Ya que mucho de lo que se aprende puede aprovecharse en muchos otros contextos (por ejemplo andar por la calle o dar una presentación moviendo los brazos de forma más coordinada). Creo que esto es algo que las distintas profesoras que he tenido han respetado y transmitido. La profesionalidad con la que tratan a los alumnos. La diferencia ha sido, creo, la escuela de ballet o formación que imparten. No conozco muy bien los sistemas o dónde está la diferencia exactamente.
Estudio Lorna Gil: ¿Cuáles eran tus metas?
Irene: Básicamente ser capaz de hacer un giro sin tambalearme. O subir un equilibrio en relevé (que no fuese el pasé) sin que el tobillo estuviese habiendo ondas. ¡Cualquier otro elemento era un plus!
Estudio Lorna Gil: ¿Qué te ha aportado conocer esta nueva forma de aplicar la técnica?
Irene: Conseguir asentar la base del equilibrio para los giros y otros movimientos. Después se ha vuelto más fácil levantar más grados la pierna o cambiar la posición del giro cuando la base es correcta. Lo mismo en el equilibrio. Puedo hacer distintas variantes si consigo dominar la base desde el pie, pierna, cadera, abdomen, esternón…hasta la cabeza. Además, al complementarlo con el masaje de algunos puntos clave, he aumentado la amplitud de movimientos.
Estudio Lorna Gil: ¿Qué logros has conseguido al final de estas clases de Julio? ¿Ha cubierto tus expectativas?
Irene: Completar más de un giro (¡como flotando!), aguantar distintos tipos de equilibrio con las dos piernas, mejorar el cambré, estirar un poco más las rodillas (una meta que parece un imposible para mi…), poco a poco ser capaz de coordinar mejor brazos y piernas (poco a poco). Probablemente si mi anterior profesora de ballet o mi entrenadora de rítmica lo viesen no se lo creerían.
Estudio Lorna Gil: ¿Se lo recomendarías a tus compañeros?
Irene: Para aquellos que quieran empezar con otro ritmo o reconectar con la base del ballet tomándose el tiempo para fijarse en los movimientos y en la correcta ejecución. Les recomendaría que pensasen en el Estudio Lorna Gil para combinar con otras disciplinas o con otras clases. O en el caso de simplemente detectar algún elemento en el que se sienten inseguros o que creen que podrían mejorar y que lo intentan pero pasa el tiempo y no acaban de encontrar qué falla. Puede que la opción más eficiente sea hacer alguna sesión personalizada y así poder seguir avanzado a su ritmo.
Estudio Lorna Gil: ¿Hay algo que quieras añadir?
Irene: Darte las gracias por lo mucho que he aprendido y las ganas que tengo de aplicarlo a la gimnasia cuando volvamos a empezar el curso en septiembre.
Me gusta ver cómo las personas que vienen al Estudio Lorna Gil emprenden el vuelo y llegan a su máximo potencial. A veces, en tan poquito tiempo.
Imagino que ahora Irene está feliz preparando su coreografía-ejercicio para la competición sabiendo que lo que siempre salía mal, ahora SÍ sale. Y que puede incluir pasos bonitos para los que además tiene talento.