En Estudio Lorna Gil decimos que el cuerpo está hecho para moverse. Y esta ley se refiere a todo el cuerpo. ¡Hasta el cráneo está hecho para moverse!
Las nuevas terapias lo saben y es su secreto para devolverte la salud.
Sí, los huesos del cráneo tienen cierta movilidad. Si no hay esta movilidad, sino rigidez, pueden producirse diversas enfermedades.
Se trata de micro-movimientos que no son voluntarios pero sobre los que tenemos cierto control. A través del sistema autónomo (manteniendo la calma y respirando profundo) y con las terapias manuales.
Estamos hablando de la osteopatía sacro-craneal.
La osteopatía es amplia, y tiene muchas posibilidades. Tratan órganos (estresados) y rígidos en la llamada osteopatía visceral. Por lo típico que son más conocidos es cuando tratan ligamentos, músculos, hernias, etc.
La unión de las tensiones del cráneo se comunican a lo largo de la columna hasta el sacro que es lo que trata la osteopatía sacrocranea, que es de lo que trata este post.
Un sinfín de posibilidades curativas se abren ante esta técnica. Aunque en Francia, donde surge, es el pan de cada día, en España es casi una desconocida para el público en general.
Willian Garner Sutherland (el padre de la OSTEOPATÍA SACROCRANEAL) llegó a la conclusión de que el cráneo se mueve a través de las suturas entre los huesos, contrariamente al conocimiento académico de la época y casi de nuestros días. Y que la movilidad del sacro tan necesaria para el andar está estrechamente relacionada (sincronizada) con la movilidad occipital.
De modo que si el cráneo está comprimido, nuestros andares se verán afectados. Dando, a lo mejor, una falsa pierna corta.
La Osteopatía Sacro-Craneal es particularmente beneficiosa para los bebés y niños de corta edad puesto que relaja. Hace que disminuyan los posibles efectos de un nacimiento traumático (compresión de los huesos del cráneo en el momento del parto, por diferentes causas). Los bebés nacen con huecos entre los huesos que solo están cubiertos por la piel. Incluso en los casos de dislexia en niños a veces se debe a que no se ha producido el cierre de la fontanela y los niños mejoran mucho después del tratamiento osteopático (sacro craneal). Un osteópata puede «adivinar» con sólo mirar a un adulto si nació con fórceps.
¿Sabías que el cráneo tiene 29 huesos diferentes? 15 se encuentran en el puzzle de la cara, donde cuencas oculares, huesos nasales, la mandíbula de arriba y de abajo guardan la lengua y los dientes en su sitio. Otros 6 son usados en el oído interno para escuchar. Y otros 8 forman el cráneo propiamente dicho el que está detrás de la cara salvaguardando nuestro preciado cerebro.
Las técnicas craneales son adecuadas también para los adultos nerviosos en casos de migrañas y mareos, así como problemas con los senos nasales y la cabeza, lesiones en el cuello y en la espina dorsal, etc.
Osteopatía sacro-craneal y una buena dosis de ejercicio
Como instructora de Pilates y ex-bailarina ante la mayoría de las lesiones recomiendo los tratamientos osteopáticos. Después de mucho tropezar me di cuenta de que los traumatológos tienen pocas herramientas (inmovilizar, desinflamar con medicación y operar). Los fisioterapeutas tienen más herramientas pero también tratan el síntoma, no el origen. Esto hace que muchas personas semanalmente tenga que pasar por la consulta para aliviar tensiones. Y los osteopatas tiene LAS HERRAMIENTAS que te sanarán. Según la rama, mejores unas que otras, no recomiendo los que crujen.
Debido a que muchos fisioterapeutas quieren ayudar a sus clientes y se sienten frustrados con la cronicidad, cada vez más número de ellos, estudian osteopatía u otros complementos, como acupuntura y otras terapias energéticas.
Tampoco la osteopatía lo cura todo. Si ves que no avanzas con el tratamiento, quizás no es la herramienta para tus problemas. Dentro de la osteopatía además hay ramas. Mi consejo, tras visitar varios osteopátas, es que elijas un osteópata que no cruja los huesos. Esto sería lo mismo que visitar a un quiropráctico. Encontrarías más alivio que con otras técnicas pero estarías semana tras semana en su consulta.
Siguiendo la ley de la osteopatía, un órgano, músculo, ligamento, hasta un hueso o un sistema se «enferma» cuando pierde su movilidad. Por lo que, aunque no te va a evitar la total posibilidad de lesionarte, moverse es la forma de prevenir y mantener la salud. Sobretodo, previene el envejecimiento del cuerpo.
La prevención es moverse, caminar, correr, subir, bajar, VIVIR. Y hemos incluido todo lo que aprendimos en el curso de introducción a la osteopatía en nuestro Método Lorna Gil.