Muchas personas que desean bailar o mejorar en el deporte se reprochan no tener mucha elasticidad. Consideran que la flexibilidad en el ballet es algo imprescindible. Hasta el punto que piensan que sin elasticidad no se puede bailar. En el Estudio Lorna Gil te explicamos que tu desventaja puede ser una ventaja.
Cuando creamos un objeto pensamos en qué cualidades necesita tener para la función que le queremos dar. Cuando se crearon las veletas se pensó que tenían que ser duras para poder resistir al viento y que pudieran girar. Lo mismo para las norias de agua. Las aspas tienen que ser duras. De este modo el agua empuja el aspa y crea movimiento. Si no lo fuera dura y cediera, la noria no se movería.
La veleta y las banderas son duras y flexibles respectivamente y cada una sirve para una función. La bandera no gira, más bien baila.
Seguramente estarás dándote cuenta de lo que quiero contarte. Las personas poco elásticas son conscientes de cual es su «contra» pero no se han fijado en cuales son sus «pros».
Es verdad. Lo mejor es estar en equilibrio y tener fuerza y flexibilidad. Pero veamos para qué puede servir este extra de rigidez. Como la noria y la veleta las personas tienen una estructura más firme, resisten mejor o aguantan una postura cuando hay movimiento o resistencia.
Si fueran elásticos se desmoronarían con facilidad. ¿Funcionaría esto para girar como una noria? No….
La flexibilidad en el ballet es una ventaja y una desventaja a la vez
Seguro que ya lo has adivinado. Tener una estructura firme sirve para los giros y para los saltos. En ambos tienes que resistir al «viento».
Cuando vais al ballet seguramente os habréis dado cuenta de que los solos de los chicos están repletos de saltos y giros. ¿Por qué? Porque se les da naturalmente bien. Los chicos tienen más fuerza y menos elasticidad. Es decir, tienen más potencia y más estructura y por ello giran más y saltan mejor.
Si fueran blanditos esto les costaría más. Las chicas típicamente tienen que trabajar para desarrollar su fuerza porque suelen ser más elásticas que los hombres.
En todos los deportes necesitamos algo de estructura y algo de flexibilidad. Un saltador de trampolín necesita firmeza, formar una figura en el aire y mantenerla. Un tirador con arco necesita una parte de su cuerpo firme para resistir el embate al soltar la flecha. Seguro que encuentras muchos ejemplos de por qué una cualidad no puede hacer nada sin la otra.
La flexibilidad en el ballet es igual que en estos deportes. Es importante trabajar la flexibilidad pero no lo es todo. Algunos bailarines están en equilibrio y tienen que crecer en fuerza y elasticidad. Otros tenemos la elasticidad pero debemos trabajar la estabilidad o la estructura.
Y así hay muchas maneras de hacer de la desventaja en una ventaja.
Aquí va un ejemplo de una desventaja en apariencia. En la carrera de un bailarín o un deportista las lesiones son muy temidas. Aunque esa aparente desventaja es un regalo también. Con la lesión resolvieron acabar con una compensación, o un vicio técnico. Un desequilibrio en suma. Y a partir de ahí no sólo la lesión desaparece sino que además toda su forma de bailar o de moverse se ha visto mejorada en líneas genérales gracias a este cambio. Y salen propulsados. Sólo han caminado para atrás para coger impulso.
La ventaja o la desventaja es sólo una forma de mirar. Aún así quieres trabajar la flexibilidad. Te ayudamos. Mientras llega el momento disfruta del lado positivo.