El Cisne negro devolvió el ballet al gran público después de otros títulos como «Center Stage» (o «el ritmo del éxito», donde podemos disfrutar del ballet en el cine. Unas y otras películas sobre baile se encuentran tópicos y mentiras. E irremediablemente, alza la voz, el mundo de la danza.
Solo alguien que no sabe de danza se podría creer eso.
El punto en común, ya sea dentro de la película o fuera de ella, es el componente «suerte» y «sin esfuerzo». No recuerdo el nombre de la película en cuestión pero la protagonista afirmaba que había aprendido a bailar viendo vídeos. ¡Ja! Sólo alguien que no sabe sobre danza, se podría creer eso.
No voy a hablar de todos los clichés que hay en las películas de danza porque eso da para toda una entrada. Aunque es comprensible que creamos que se pueda aprender a bailar viendo vídeos, porque somos bombardeados por el sueño americano por activa y por pasiva.
Con el cisne negro hubo toda una polémica. Tal fue el debate que la bailarina que dobló a Natalie Portman saltó a la palestra para defender su profesión. La periodista entraba en cortocircuito, porque en su cabeza solo cabía la idea de que la bailarina quería ser famosa a costa de Natalie. A lo que ella le contesta: «Yo ya tengo éxito y reconocimiento. He alcanzado la cima de mi profesión».
Lo único que quiere ella es desmentir que nadie se puede convertir en un año en primera bailarina. Por muy intenso que sea el entrenamiento y por mucho talento natural que tengas. A ella misma le ha llevado 20 años lograrlo.
La propia Natalie Portman fue entrevistada por Dance Magazine y ella misma confiesa que cuando dejó de bailar, de adolescente, pensaba que estaba cerca de poder profesionalizarse. Y que le había quedado la sensación de que fue una simple elección. Al tener retomar el ballet para la película Cisne negro tomó consciencia de que estaba lejos de ello.
Un profesional puede de lejos ver que ha sido doblada en la película. Algo que personalmente agradezco; para una vez que veo ballet en el cine, me gusta que sea del bueno, no una imitación.
Conozco de cerca la historia de otra bailarina que pasó a ser actriz, Alexandra Jimenez. En todas sus entrevistas la historia es la misma: una lesión la llevó a ser actriz. Hoy soy bailarina, mañana soy actriz. Así de fácil.
¿Suerte? ¡Más bien formación, esfuerzo y fracasos!
Sólo que entre ayer y hoy pasaron 5 años, y no perdidos precisamente. Fueron años de formación continua para esa nueva meta. Es decir formación, esfuerzo y fracasos (que se pueden usar para coger impulso, si eres madura). Parece que en el cine y la televisión no gusta sacar a relucir estas 3 palabras clave para el éxito en la vida real.
Hasta el punto que a cualquiera se le llama «artista» hoy en día. Artista es el canta, baila, actúa, pinta, hace acrobacias, toca un instrumento. Y, si bien puede haber una cierta facilidad para un arte, hay que pintar y pintar, borrar y borrar, repetir y repetir.
Los artistas lo saben y Natalie Portman es honesta en la entrevista. Es toda la industria alrededor que envía ese mensaje de que «¡Es cuestión de suerte! No de esfuerzo, ni de madurez, ni de tesón».
Estudio Lorna Gil recibe personas que más bien les pasa todo lo contrario. Piensan que no es posible aprender en la edad adultos. Las pruebas de que así es en nuestros testimonios. Aprender es una cosa y vivir de esto es otra. Ni tanto, ni tan calvo. ¡Atentos a todos los espejismos!
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