Si sois aficionados del baile, seguro que habéis escuchado alguna vez a muchos profesores recalcar la importancia del ballet como base técnica para otras danzas. En el Estudio Lorna Gil tenemos ejemplos en primera persona de alumnos que se apuntan a ballet debido a que quieren mejorar en sus bailes favoritos; como la salsa, los bailes de salón, lindy hop y un largo etc.
Lo cierto es que muchas veces vienen motivados porque un nuevo compañero que tenía formación en danza clásica ha empezado a bailar en su escuela y en pocos meses se ha situado a su nivel.
Sin ir más lejos tenemos el ejemplo de los pentacampeones de salsa del mundo, los televisivos Adrián & Anita. La parte más importante o vistosa de la pareja de baile, normalmente la mujer y en este caso Anita, era bailarina del Ballet de Zaragoza. Y es por eso y por mucho trabajo también, que consiguen copa tras copa.
En otras ocasiones quienes se interesan por el ballet para adultos no tienen esta frustrante experiencia. Simplemente siguen los consejos de su profesor de que tomen clases de ballet porque éste mejorará su postura.
¡ Quiero técnica para alcanzar la mejor versión de mi mismo!
Lo cierto es que el ballet es un carrera larga aunque también llena de satisfacciones y beneficios. La verdad detrás del ballet es que si puedes con lo más difícil, podrás con lo más fácil.
Así es que habiendo practicado ballet, puedes saltar a casi cualquier danza con facilidad. Sin por ello querer decir que no tengas nada que aprender.
Desde mi entender el ballet requiere de muchísima coordinación y cuenta con una numerosísima cantidad de pasos diferentes. Además del hecho de que se ha de estar en constante equilibrio sobre una base realmente pequeña (la media punta). Esto hace que cualquier falta salga a la luz. Un fallo de alineación (perdiendo el equilibrio)en los saltos o en los giros…O simplemente en la elasticidad y la fuerza requerida para lanzar la pierna y dar las zancadas en el aire.
Con el ballet nuestra consciencia corporal vive una transformación total. Hay tantos detalles que tienen que funcionar para que salgan las cosas (añadiendo que se practica en una base tan pequeña, la media punta) que el ordenador central, el cerebro, se capacita para recibir mucha información a la vez y ejecutarla en verdaderos instantes. Lo que hace que cuando el ordenador recibe un número mucho menor de estímulos, pueda trabajar con una facilidad que asombra.
Al final apuntarse a ballet no es una varita mágica, es preparar el cerebro y el cuerpo para un tipo de ingeniería psico-física. Además no es oro todo lo que reluce, cualquier clase de danza clásica no sirve. Como le pasó a Irene.
Como decía Picasso: 99% traspiración, 1% inspiración.
¡Desarrolla la mejor versión de ti mismo con el ballet y brilla!