En el mundo de la danza clásica quizás es de los pocos lugares de occidente donde hoy todavía se respeta y se valora al mayor. Incluso aunque los bailarines jóvenes bailan mucho mejor que un bailarín de 3 generaciones anterior, el joven sabe que el mayor tiene una experiencia muy superior y una sabiduría que le sobrepasa.
La razón por la que este respeto y valor por el mayor todavía se mantiene, podría ser porque el conocimiento se trasmite directamente. El profesor es necesario incluso cuando el joven bailarín ya dentro de una compañía está cobrando un salario. De hecho es necesario hasta el fin de su carrera. Las coreografías, los detalles, los tiempos, se pasan de unos a otros. La colaboración es clave.
Hoy vivimos en una sociedad que deshecha a los mayores. Cuando realmente son nuestro mayor tesoro. Tienen la experiencia, nos pueden ayudar a no tropezar y a encontrar el camino. Son mirados como obsoletos desde la arrogancia del que cree que todo lo nuevo es mejor, por el hecho de ser nuevo.
Y nos encontramos con contradicciones como que se paga más a un abogado que a un agricultor. Cuando un agricultor lo necesitamos 3 veces al día, cada día, durante toda nuestra vida.
Yo empecé a aprender de María de Ávila cuando ya contaba con 72 años y sus clases se consideraban las más importantes de todas las profesoras que allí enseñaban.
En las clases de ballet para adultos en El estudio Lorna Gil en Barcelona, hemos notado como hay una creencia de que el adulto es torpe. Hay como una especie de veneración al niño.
«Si no aprendiste de niño ya no puedes», es lo que piensan y dicen la mayoría de ellos al llegar al Estudio.
Con el tiempo descubren que sí pueden aprender y se sorprenden al llegar a hacer cosas que consideraban muy difíciles.
Más de diez años especializados en el ballet para adultos nos han dado un experiencia que nos gusta compartir con nuestro público y que les beneficia en su actividad favorita.
En estos dos vídeos, vemos cómo trabajan unidas todas las generaciones del Ballet de Winnipeg y como, al contrario de lo que creemos, el adulto aprende ballet más rápido que el niño.
