Hará más de una década empecé a estudiar el Método Pilates. Tenía una cadera más alta que la otra pero nunca me había provocado dolores ni me había planteado un tratamiento.
Entonces estaba aprendiendo Pilates (de la vieja escuela). Así como en ballet también hay una generación de profesionales que quiere ser fiel a los orígenes (con errores incluidos), también lo hay en Pilates. Pilates fue un genio, pero también se equivocó en muchos detalles importantes, que luego sus discípulos fueron corrigiendo con conocimiento.
Estaba con el aparato (el reformer) y el primer ejercicio (El footwork) me dolía cada vez más. Lo lógico habría sido reducir el peso hasta que no me doliera pero el manual decía que no. Y eso fue una suerte. Aunque la suerte puede ser un camino largo…
Como no me bajaban el peso mi dolor de rodilla crecía y crecía. Ya no sólo me dolía en la sesión de Pilates sino que me a dolía al bailar. Finalmente tuve que dejar a un lado el Pilates. ¡Qué pena! A mí me lo habían recomendado como rehabilitación y resultó que me estaba haciendo el efecto contrario.
En todo este proceso me enviaron al mejor médico de rodilla. Y aunque tuvo el inteligente pensamiento de hacerme radiografía no solo de la rodilla sino también de cadera y espalda, le faltaban conocimientos que otras disciplinas manejan.
Tras ver la radiografía me dijo que mi cadera derecha era más grande que la izquierda. Y claro, la radiografía estaba cuadriculada con lo que podía medirla y «probarlo». Y lo mismo para mi fémur derecho. Aunque me chirriaba la conclusión, me dolía y me busqué un trabajo sentada….Porque según me informaron mis dolores serían intermitentes. Habría días que me dolería mucho y otros que no me dolería.
Pero yo NO ME RINDO. Para algunas personas moverse no es parte importante de su vida pero para mí lo era.
¡Ah! Mi diagnóstico era Condromalacia rotuliana (desgaste de la rotula). La condromalacia rotuliana es para los dolores de rodillas, como los virus para cualquier conjunto de síntomas que no tienen tratamiento.
Seguí buscando y probé otras medicinas. Sí….medicinas alternativas.
Tengo una amiga que vivía en Francia y había sufrido escoliosis desde niña. Ella me recomendó ir a un osteópata. En Francia es común debido a que fue allí donde nació la osteopatía. Sutherland era un médico que no tuvo problemas para renunciar a las teorías que había aprendido en la universidad.
Aunque tardé bastante tiempo…Cuando fui pensé ¿¡¡Por qué no habré ido antes?!!
El tratamiento osteopático hizo que mi cadera bajara a su nivel. Mi cadera no era más grande, estaba en otra posición y aparentaba más grande cuando le hicieron la foto. Por supuesto que hay casos que un fémur o el ilion puede ser más grande, aunque son tan pocos…Que es lo último que habría que considerar.
No rendirme me llevó a una mejora en mi salud y a descubrir un nuevo Pilates, de la nueva escuela. Y tantas cosas más. Soy una exploradora incansable. ¡Me encanta explorar y descubrir! Seguir a los que no se rinden. Porque tiene premio.
Estamos acostumbrados a vivir desconectados del cuerpo y de nuestras emociones. Y nos cuesta aceptar que nos afectan. Solo cuando nos vamos patas abajo antes de un examen, aceptamos que tienen un efecto sobre nosotros.
Hoy en día cada vez hay más fisioterapeutas que no se rinden cuando sus clientes tienen enfermedades crónicas y buscan más allá de las teorías que han aprendido en la universidad. Están cada vez más dispuestos a defender la verdad. Y gracias a esos valientes que son fieles a la verdad, avanzamos. Osteopatía, medicina china, biodescodificación y tantas otras…verdades.
Descubre como liberarte de la condromalácia rotuliána, desde otro punto de vista.
NO TE RINDAS. Yo no lo hice. Y la búsqueda tiene premio.
