Seguramente alguna vez te ha pasado. Plantas una semilla, echa un tallito y justo después de ese emocionante momento, que tiene 2 hojitas para hacer la fotosíntesis, parece como si parara de crecer.
¿Qué estaré haciendo mal? ¿Qué le pasa? Lo que no vemos, es que la raíz está creciendo todo lo que puede para abarcar un buen espacio bajo tierra. Será el espacio equivalente al que luego abarque la planta en la superficie. Se puede decir que hay un árbol en la superficie y otro dentro de la tierra.
Si el árbol fuera más grande que la raíz, éste caería, porque esta raíz no tendría como sujetarlo. Cuando veas que tu planta está parada por fuera, tranquilo, es que está creciendo por dentro para un día darte el mejor árbol que esta semilla es capaz de hacer.
Por eso al aprender pilates es importantísimo adquirir una buena base. Aún cuando parece que no avanzas, lo estás haciendo, sólo que estás haciéndolo en la raíz. Y de pronto y de golpe un día, no paras de crecer y de crecer.
Aprender pilates requiere concentración, coordinación, consciencia corporal y una buena ejecución. No es fácil, ni rápido, por eso hay que mantener la motivación alta. Las buenas noticias son que los resultados son profundos y duraderos.
¡Ayuda a tus raíces a crecer! Te darán la base para progresar de forma constante. La paciencia tienen un premio, aunque requieren un poco de esfuerzo y de confianza sobretodo cuando las circunstancias parecen indicar lo contrario.
Como dice el dibujo de arriba: Éxito, no siempre es lo que se ve (por fuera).
¡Os deseo mucho crecimiento interior para que tengáis un Pilates (o la actividad que elijáis) muy fructífero!
